La fiel compañía del Arte
- Mayte Montero
- 12 jun 2020
- 2 Min. de lectura

Mayte Montero
Desde sus inicios, el ser humano ha encontrado en el arte, una herramienta para capturar y entender la realidad que lo rodea, así como un medio para expresar su sentir hacia el mundo.
En los comienzos de la civilización, el hombre descubrió, que, si pintaba en una pared sus estrategias para cazar animales, podía obtener de forma más organizada y eficaz, su objetivo. Los trazos de la pintura rupestre marcarían el inicio de la fiel compañía del arte en la historia del ser humano.

El individuo, logró dominar la naturaleza con la creación de una cosmogonía compuesta por dioses encarnados en esculturas de piedra, y construyó edificios de una arquitectura magistral que garantizaba el orden de la sociedad. Esta realidad se ve reflejada en varias culturas tanto de occidente y oriente, que logran pasar de un antropomorfismo cultural a la búsqueda de un método de conocimiento para explicar su existencia en la tierra.
A lo largo de la historia, el arte, ha enriquecido el espíritu de las personas y documentado la filosofía de su época.
En la Edad Media, el arte, el cual tenía a Dios como centro de atención, sirvió como método pedagógico para educar a su gente en todo el contexto religioso y político que vivía.
El Renacimiento, develó en sus bellas artes, la sed del hombre por ser el centro del universo, esa necesidad, se vio reflejada en una gran cantidad de producciones que poseen una belleza invaluable.
El Barroco dejó ver el surgimiento de una clase burguesa, y tras sus pinturas recargadas de alegorías religiosas, la advertencia de una creciente oleada protestante, en algunas pinturas españolas se plasmó el debilitamiento del Imperio español con la representación de la figura de los reyes en segundo plano.
Sin afán de hacer un recorrido extenso por la Historia del arte, las etapas mencionadas anteriormente, pueden dar una idea de cuán importante es el arte, para entender los sucesos históricos, sociológicos, ideológicos y filosóficos, que suceden a lo largo del tiempo.
En la actualidad la mayoría de los planes de enseñanza no reflejan un interés por incluir el arte o alguna disciplina humanista en sus temarios, más bien su sistema pedagógico tiende a reforzar conocimientos concretos y prácticos sin ningún respaldo reflexivo, dejando atrás la posibilidad de que el alumno desarrolle un pensamiento crítico ante lo que recibe en las aulas.
Este tipo de enseñanza pragmática, cuyo único objetivo pareciera ser conseguir que el alumno memorice la mayor cantidad de datos para cumplir con la nota, anula la posibilidad de generar individuos con conocimientos más completos y elevados.

Ante el actual escenario educativo, sería óptima la incorporación de material artístico para complementar la enseñanza brindada por las instituciones, dejando entrar en los salones de clases los dibujos de animales en las cuevas de Lascaux, los sarcófagos egipcios, los murales de Giotto, la pregunta de Hamlet, el perfil del David, la mirada de las Meninas y el pentagrama de Mozart, por nombrar algunas de las obras.
Además de sensibilizarnos el alma, la presencia del arte como herramienta de conocimiento, nos sirve para entendernos a nosotros, al pasado de dónde venimos y cuestionarnos el porvenir.
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