Allá
- Mayte Montero
- 15 jul 2020
- 3 Min. de lectura

Por Mayte Montero
Como una pintura nos iremos borrando
¡Oh, tú con flores
pintas las cosas,
Dador de la Vida:
con cantos tú
las metes en tinte,
luego matizas de colores:
a todo lo que ha de vivir en la tierra!
Luego queda rota
la orden de Águilas y Tigres:
¡Sólo en tu pintura
hemos vivido aquí en la tierra!
En esta forma tachas e invalidas
la sociedad (de poetas), la hermandad,
la confederación de príncipes,
(Metes en tinta)
matizas de colores
a todo lo que ha de vivir en la tierra.
Luego queda rota
La orden de Águilas y Tigres:
¡Sólo en tu pintura
hemos venido a vivir aquí en la tierra!
Aún en estrado precioso,
en caja de jade
pueden hallarse ocultos los príncipes:
de modo igual, somos, somos mortales,
los hombres, cuatro a cuatro
todos nos iremos,
todos moriremos en la tierra.
Percibo su secreto,
oh vosotros, príncipes:
De modo igual, somos, somos mortales,
los hombres, cuatro a cuatro,
todos nos iremos,
todos moriremos en la tierra.
Nadie esmeralda,
nadie oro se volverá
ni será en la tierra algo que se guarda:
Todos nos iremos
hacia allá igualmente:
nadie quedará, todos han de desaparecer:
de modo igual iremos a su casa.
Como una pintura
nos iremos borrando,
como una flor
hemos de secarnos
sobre la tierra,
cual ropaje de plumas
de quetzal, de zacuán,
del azulejo, iremos pereciendo.
Iremos a su casa.
Llegó hasta acá,
anda ondulando la tristeza
de los que viven ya en el interior de ella…
No se les llore en vano
a Águilas y Tigres…
¡Aquí iremos desapareciendo:
nadie ha de quedar!
Príncipes, pensadlo,
oh Águilas y tigres:
pudiera ser de jade,
pudiera ser de oro,
también allá irán
donde están los descorporizados.
¡Iremos desapareciendo
nadie ha de quedar!
Nezahualcóyotl
Estoy totalmente convencida que una Poesía debe leerse y analizarse en su totalidad, es por eso, que no fragmentaré el bellísimo poema, “Como una Pintura nos iremos borrando” para interpretarlo. Eso sí, pido su autorización para poder acompañarlos en su enfrentamiento con esta obra.
Quédense tranquilos que soy discreta y trato de nunca hablar de más, valoro y procuro imitar a los guías que permiten que el espectador descubra el significado y la belleza frente algo artístico, inclusive de cualquier escena mágica de la realidad.
Solo estaré sentada junto a ustedes, de hecho dejaré pausada, mi reflexión sobre lo que Ernst Cassirer decía: “El ser humano es un animal simbólico”, (es una declaración que me sigue desde que abro los ojos), para estar totalmente concentrada en su vivencia, sin duda ya tendré tiempo para sembrarles la inquietud sobre esta cita.
Dicho eso, me gustaría iniciar el análisis aclarando que cuando se enfrentan al Poema, realizan varios tipos de lectura, la primera despierta el goce sensorial, esto sucede gracias a que el autor une las letras creando así palabras poéticas, las cuales forman imágenes y sonidos. Al igual que una oración común, la poesía transmite un mensaje, pero en este caso es de carácter estético que de entrada, es captado por los sentidos.
La segunda lectura alcanza el terreno intelectual, donde ustedes, asocian las imágenes en conceptos y significan las metáforas, las cuales sirven para entender el tema que quiso expresar el autor.
En la tercera lectura se realiza un análisis del argumento de la poesía y se puede percibir la visión filosófica del poeta, que enriquece aún más la obra.

La experiencia estética que se vive al leer el poema pasa por los tres niveles de interpretación de forma simultánea y ustedes, queridos lectores van haciendo pausas, en la instancia en la que se proyectan y desean apropiarse.
Nezahualcóyotl (1402-1472) expresa en su poema lo efímero del ser, está condición, la describe desde el principio, como una circunstancia en donde el creador a partir de su paleta y su pincel, da vida a los mortales, a su historia y a la naturaleza geométricamente planificada.
No deja de subrayar, que todo desaparecerá en la tierra, es notable y confortable cómo describe el concepto de muerte, en ningún momento la presenta como una maldición para el ser humano, más bien como una cláusula de nuestra existencia. El autor nos acompaña y mima advirtiendo la presencia de una casa que está más allá de la pintura, aludiendo a la trascendencia de todos los mortales.
Pensar que los hombres somos el producto de un pintor divino, cargados de símbolos de diferentes matices, subraya el motivo del porqué, el monarca de Texcoco fue bautizado como Rey poeta.
Cassirer, Ernst, Antropología filosófica, Ed Fondo de Cultura Económica, México 1968
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