“Una amistad acompañada de Dislexia”
- Ecléctica colectivo multidisciplinario
- 21 nov 2020
- 6 Min. de lectura

Por Psic. María Carlab
Maestría en curso, Psicoterapia Gestalt (Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt)
Recuerdo bien a aquella mujer que solía contarme acerca de sus constantes distracciones, a la par de sus momentos complicados ante sus actividades académicas desde pequeña. Ella es alguien a quien respeto, admiro y estimo mucho. Hemos coincidido cientos de veces platicando espectacularmente divertidas, nuestras peculiares anécdotas en las que referimos episodios bochornosos de olvidos recurrentes, como llevar las tortillas recién compradas en el techo del auto y ser seguidas por un chico, creyendo que nos perseguía y, al detenernos saber que nos avisaba del fantástico espectáculo. En una ocasión me contó seriamente que solían sucederle cosas que, a veces salían del plano de las distracciones, específicamente, de sus dificultades desde pequeña en la escuela. Ella me compartió que le costaba trabajo poner atención en clase y más aún, seguir las instrucciones de los profesores, siendo lo más complicado, entender lo que leía en los textos. Su nombre es Alondra, una mujer simpática y luchadora en toda la extensión de la palabra.
Tenemos ya 26 años de amistad, compartiendo un sinfín de situaciones y de experiencias. Nos conocimos en la Facultad de Arquitectura de la UNAM (sinceramente hoy me pregunto qué hacíamos ahí), estudiando Diseño Industrial yo y ella, Arquitectura Urbanista, si no me equivoco. Es relevante contarles esto, ya que yo duré dos meses ahí y ella un par de años más. Al paso del tiempo, nuestras vidas tomaron otros rumbos, pero ella un día me dijo que, en su devenir escolar, le habían diagnosticado alguna vez, “dislexia” y por lo tanto ella, se ha asumido “disléxica” desde entonces. Cabe señalar que, me sorprende hoy en día seguir asumiéndonos desde diagnósticos y/o desde etiquetas. Ella ha hecho un par de intentos más a lo largo de su vida, retomando sus estudios profesionales truncamente (Teología un par de años, Psicología un semestre y Teología de nuevo un mes, recientemente).
Con decepción, resignación y cansancio me dijo no hace mucho tiempo, que se había dado de baja de su último proyecto, ya que pasó horas, leyendo y tratando de entender los textos sin obtener buenos resultados. Yo le dije que tal vez tenía que ver con los temas de Filosofía que se requería tener como base del conocimiento, a lo que me respondió: “no lo creo, soy yo el problema, esto de estudiar y leer no es para mí”.
Después de este breviario, me permito describir las múltiples cualidades que Alondra tiene: ella es resiliente, encuentra soluciones a problemas y situaciones super complejas y logra descubrir el modo de complicarse a veces la vida, enfrentándola peculiarmente y con sentido del humor. Habiendo crecido en una familia con pautas relacionales muy complicadas y teniendo por compañera en muchas ocasiones a la violencia y al abandono, ella no se ha rendido y así, hubo sacado adelante a su hija de hoy, 21 años. Y, ante todas esas adversidades, no ha dejado de plantearse, su experiencia con la dislexia.

Platiquemos ahora un poco acerca de Dislexia. ¡Vaya término! No sé sí, sea tan común conocerlo y, comprenderlo, definirlo y ponerlo en el contexto adecuado. Muy probablemente, habrá una gran cantidad de niñas y niños viviendo la experiencia de la dislexia; así como de adolescentes o adultos que no lo saben y que peor aún, no son comprendidos.
Pues bien, ha llegado el momento de platicar de una manera sencilla y comprensible de que se trata este término que permite diagnosticar, de acuerdo con ciertos criterios identificados, a la invitada en este texto; La Dislexia.
Dislexia viene del griego “dyslexia”, que se compone por el prefijo “dis” que significa “mal” “con dificultad”, más la entrada “λέξις” o “lexis” que quiere decir “habla” o “dicción” y el sufijo “ia” que se refiere a “cualidad”. Po lo que , la dislexia es descrita como un síndrome que dificulta el aprendizaje y la comprensión de la lectura, el cálculo o la escritura, que con frecuencia se relacionan con trastornos de atención y coordinación motora. La dislexia hace referencia a la dificultad, el inconveniente, o el problema para memorizar o distinguir las letras o conjunto de ellas; así como, mala estructuración de frases, falta de orden y ritmo en la colocación, entre otros.
De acuerdo con la Asociación Internacional de Dislexia (International Dyslexia Association), este síndrome además es una dificultad cuyo origen es neurobiológico. Se presenta en el aprendizaje de la lecto-escritura, manifestando ciertas dificultades en el proceso del mismo; adicionalmente en la ortografía y de manera general en aquellos procesos que se vinculen con la decodificación de los símbolos creados para la comunicación. La mayor parte de los estudios realizados sobre dislexia arrojan que esta es transmitida genéticamente; encontrándose que en algunos casos. (Yirda, 2020)
Es importante estar al pendiente del rendimiento escolar de los niños, en especial a los siete u ocho años; no solo en el reporte académico sino en las habilidades a desarrollar o en la detección de algunas dificultades ante el aprendizaje; esto en ocasiones, se ve acompañado de complicaciones ante el diagnóstico de la dislexia, con dificultades ante la atención, el seguimiento de instrucciones, la comprensión lectora, la fluidez con la que esta es puesta en práctica.
Etcheparborda, Abad y Ruiz Rosalia, describen en su artículo que en E.U., el término ‘dislexia’ se refiere sólo al trastorno del desarrollo de la lectura. Sin embargo, en Gran Bretaña y en otros países europeos, el término ‘dislexia’ se refiere a diversos trastornos de la lectura, e incluye los del desarrollo y los adquiridos. Los niños con dificultades en el desarrollo lingüístico deben considerarse como un grupo de riesgo para el aprendizaje de la lectoescritura. Los enfoques terapéuticos en las primeras fases lectoras se orientan en dos polos, basados en los mecanismos básicos del aprendizaje de la lectura, el proceso de transformación grafema-fonema y el reconocimiento global de la palabra. Los dos subtipos neuropsicológicos más frecuentes de Diagnóstico de Dislexia son el subtipo disfonético (disfunción temporal) y el subtipo con déficit de la secuenciación o de la programación (disfunción prefrontal). El test, de interferencia color-palabra permite evaluar la capacidad de individualizar una de las modalidades de estímulos –hay al menos dos modalidades diferenciadas– y, de esta manera, distinguir ambos grupos. El control de interferencia se afecta en mayor medida en el subtipo con déficit de la secuenciación o de la programación.
Se citan algunos de los objetivos de un entrenamiento básico para la dislexia:
Ejercicios grafoléxicos implantar automatismos correctos en los procesos de lectoescritura de los grafemas, y sustituir los procesos previos incorrectos.
Reconocimiento auditivo hablar con la boca tapada, para que el individuo no vea el movimiento de los labios y pueda relacionar el sonido emitido con su grafía.
Lectura labial articular la letra sin sonido para que el niño señale la grafía correspondiente
Lectura oral señalar una letra entre varias y pedir al paciente que la lea.
Reconocimiento de la letra por el tacto con los ojos cerrados el paciente debe identificar letras de diferentes texturas.
·Reconocimiento de la letra por sensibilidad corporal profunda çon los ojos cerrados, el paciente debe ser capaz de reconocer las letras trazadas sobre diferentes partes de su cuerpo.
Dictado de la letra.
Abstracción de la letra.
Rompecabezas de letras y ejercicios de complementación visual de letras y palabras.
Método de madame Borel Utiliza métodos fónicos y audiovisuales –símbolos gestuales asociados a cada letra o grafema.
Consideré pertinente mencionar la anterior información ya que propone ejercicios de intervención muy adecuados y explícitos para ejemplificar modos de intervención. (*sugerencia: consultar el artículo completo para mayor información).
Y después de quedarnos talvez, confundidos y pensando…demasiado contenido, no queda más que compartirles mi experiencia con niños y niñas que han experimentado algunos padecimientos como: epilepsia de ausencias (pettit mal) y un diagnóstico prematuro de dispraxia del habla (que hoy en día ni es considerado). Ellos en común enfrentaron dificultades ante padecimientos neurológicos que afectan el ámbito del aprendizaje. Este contenido, es complementario, solo para enfatizar la importancia de los correctos y atinados diagnósticos en manos de especialistas y expertos, acompañados en la medida de lo posible de una red de apoyo pedagógico, psicológico, neurológico, foniátrico, entre otras especialidades y, principalmente del apoyo familiar y del entorno escolar.
En conclusión, atravesar por este tipo de procesos ante padecimientos como la Dislexia, no es nada sencillo, requiere, desde mi punto de vista, una mirada comprensiva y humana, de empatía y apoyo integral. Por último, considero pertinente incluir que la intervención psicoterapéutica y el acompañamiento familiar, forman parte de una intervención interdisciplinaria que junto con un enfoque de apoyo a la experiencia y también de abordaje sistémico, pueden tener resultados progresivos significativos. Propongo aprender como sociedad a conocer y comprender que existen casos particulares de experiencias diagnósticas ante cualquier dificultad en el ámbito escolar y del aprendizaje, las cuales si son detectadas a tiempo (preferentemente en la infancia) tendrán un buen pronostico principalmente desde el atinado diagnóstico, la completa e integral intervención y la socio-educación que permita crear entornos de apoyo y no de discriminación.
Referencias bibliográficas
Yirdia, A. (2020). Definición de Dislexia. Recuperado de: http://conceptodefinicion.de/dislexia/.
Etcheparborda, M., Abad, L., Ruiz, R. (2008). Modelos terapéuticos en la dislexia. Valencia, España. Recuperado de: https://www.invanep.com/curso2008/Resumen070930.html
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