Los novios
- agustín estrada
- 20 jul 2020
- 1 Min. de lectura

Gustav Klimt, El Beso (Der Kuss) 1907-8, Óleo sobre tela (180 cm × 180 cm) Österreichische Galerie Belvedere (Viena)
Por Agustín Estrada Fernández
La novela transcurre en Lombardía, principalmente en Lecco, en la fracción de Acquat, y Milán, a mediados del s. XVI italiano, la Alessandro Manzoni y cuenta la historia de los prometidos Renzo y Lucía. No digo nada más, excepto la extraordinaria descripción que hace de la peste milanesa de 1630, y lo hago para que se despierten las ganas de leer en medio de estos aciagos tiempos del #Covid19. Cuando uno termina de leer Los Novios -así se llama esta novela- uno puede recordar los besos que ha dado en la vida, desde aquellos que empezaron sin rozar los labios y terminaron acariciando el alma, hasta los que uno dio sabiendo que ya nada volvería ser igual, pasando por los que fueron inicio y destino, los que tuvieron nombre y apellido, lugar, hora y segundo exacto, y por supuesto los (besos) que pidieron perdón, los que dieron gracias, los que gritaron, callaron u otorgaron e incluso los que nos arrancaron algo. También los que enardecieron y amansaron, los que dieron sentido a las cosas y los que nos quitaron la calma; los que construyeron sueños e hicieron volar. Con ésta maravillosa novela uno termina por recordar todos esos encuentros tan divinos y humanos, tan llenos de sal y lágrimas: esas historias que se graban en la piel. Y también esas historias de besos que es mejor olvidar. Besos sucios, besos limpios, de Judas y de la Magdalena. Besos de ida y vuelta • AE

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